sábado, 3 de julio de 2010

MI VIDA: UNA OBRA DE ARTE

Uff. La última vez que escribí, aún pensaba en Carlos y descargaba pensamientos que rondaban mi cabeza, sobre él, sobre Jorge y Carlos o sobre la relación idealizada que crearon Jorge y Carlos.

La ausencia quizás fue para esclarecer mi propia mente, para redefinir mis objetivos, para tomar decisiones. Escribir es empezar a actuar. Pregunto desesperadamente, ¿cómo? ¿cómo dejo de tener pensamientos que me enredan en un círculo vicioso? ¿Cómo detengo las múltiples contradicciones que forman la innecesariamente compleja personalidad que hoy tengo, confundida, sin dirección clara, sin mucha orientación?

Lo primero que hoy tengo claro que necesito: Paciencia - es un proceso lento.

Lo segundo es lo más importante y es el punto de partida. Es lo más complicado, porque siempre he muerto de miedo. Hoy no y eso me llena de felicidad.

Toda mi vida como adulto ha estado basada en la observación de los demás; he sido un espectador, escondido detrás de los arbustos, viendo con detenimiento, deseando ser el actor que he analizado en múltiples personas, razón por la cual no ha llegado a ser un modelo claro. Esto me hace un verdadero cobarde. Eso he sido, porque tengo miedo; tengo miedo a sufrir y por ende tengo miedo a salir del escondite; a salir de entre los arbustos a empezar a actuar mi propia película: a vivir mi propia vida.

Es un vicio y uno se acostumbra. Es más fácil sólo ver desde la periferia cómo viven los demás y son felices. Parece que les es fácil, que el universo conspira positivamente para que ellos sean felices, mientras que el espectador sólo sueña con tenerlo pero no puede, porque ha decidido tomar ese rol de receptor pasivo. Yo, Jorge, he sido un espectador bastante curioso (lo cual no me quita la calidad de espectador), porque he probado y he retado; he puesto un pie dentro de la película, pero dejo el otro en la butaca del cine, para poder rápidamente regresar y volver a esconderme, a mi lugar seguro donde mantengo el status de espectador; el status quo.

He decidido empezar a vivir mi propia vida. He decidido perder el miedo. ¿Cómo? Hoy no lo sé, lo iré aprendiendo en el camino. El tiempo no está en mi contra; está conmigo. Tengo 26 años. Estoy en una edad perfecta para empezar. Quiero volar, quiero aventarme, quiero enloquecer, quiero bailar, quiero sonreír, quiero ser LIBRE.

Un ente que conoce su libertad y la ejerce. No más auto-represión. Dejar fluir, dejar crecer, aprender realmente, para siempre, para evolucionar. Aprender y desaprender todos los días. Sorprenderme no por los demás; la vida me sorprende a mí, día a día, con cada elemento que tengo a mi alrededor: por despertar cada mañana, porque al hacerlo siempre tengo un feliz buenos días de Prada, por poder salir, caminar, llegar a mi trabajo, disfrutarlo, regresar, salir, respirar, vivir.

El primer paso es conocer mi actualidad. Saber lo que tengo y agradecerlo. No importa lo que no tengo, sólo importa lo que he logrado al día de hoy. Lo detallaré en otro post. Hoy dejo aquí un punto de partida; es el inicio de la carrera. Ahora sigue dar forma a la realidad que quiero lograr para mi propia vida, al corto, mediano y largo plazo; aprender a descargar los pensamientos que no sirven y llenarme de los que sí. Es así como he decidido iniciar mi proceso de purificación, de regresar a ser un niño inocente, que no conoce de la vida, que no conoce el dolor, sólo está lleno de sueños. Hoy estoy lleno de sueños. Voy a darles forma y para eso es este blog. Es mi espacio para soñar con la vida que quiero. Para escribir el guión y empezar el rodaje de una obra de arte que desde su gestación es HERMOSA.

¡Viva la vida!

No hay comentarios:

Publicar un comentario